La respuesta que obtenemos de nuestra comunicación es fundamental para ir adaptando los mensajes y nuestra forma de emitirlos. En el aula como en la vida, la resistencia de los otros es un mensaje sobre el comunicador. Es por tanto éste quien tiene en sus manos desarrollar nuevas habilidades comunicativas para conseguir hacer llegar su mensaje de forma más efectiva.
Muchos docentes ya han descubierto que modificando su lenguaje consiguen un mejor comportamiento de sus alumnos y, gracias a ello, un mejor control de la clase. No se trata solo de hablar bien, sino del desarrollo de nuevos esquemas o pautas conversacionales (maneras de hablar) que abran nuevas vías al pensamiento de los alumnos.